Piscina de nostalgia y tristeza.

Cartas 1

Me senté como siempre frente a la computadora y recordé aquel artista japonés de folk en un ataque de nostalgia. Entonces terminé llorando, las lágrimas brotaban de mis ojos como agua mientras recordaba como un viejo depresivo y nostálgico sobre vos y mis viajes en colectivo, pensándote con esperanza de que volvieras a mí. Para mi suerte, íbamos a volver a encontrarnos en el auto de tu mamá y aunque estabas adelante sentado junto a ella, pude intuir que temblabas de emoción mientras los árboles corrían alrededor del camino hacia el parque Pereyra. Al llegar dejamos la comida en el pasto y como evitabas mirarme para burlarme, corrí hacia vos para envolverte en un abrazo. Era un reencuentro hermoso, mágico que nos volvió a unir en abrazos y besos de nostalgia pura. Como fue en marzo el clima conservaba la calidez, el sol se escapaba entre las ramas de los árboles que nos protegían de miradas ajenas de familias felices festejando. Pude sentir en mi interior como desaparecían todas las noches donde llore extrañándote, todos mis intentos fallidos de sacarte de mi corazón y las cuchillas con las que cortaba mis brazos. Todo aquello se había esfumado porque ahora podía descansar en tu pecho unas horas antes de volver en el auto de tu papá sofocante de calor y yo volvía tan feliz que no podía parar de mirarme por el espejo de adelante mientras tu viejo me sacaba temas de conversación amablemente.

Quizás mi memoria está fallando porque luego de eso, lo único que me queda en los recuerdos es como me viste crecer, quizás verme perder la inocencia causo que te volvieras a ir de mí. Entonces las noches solitarias, las cuchillas de autolesión volvieron cuando te fuiste, volvieron para reemplazarte. Entonces con odio intente tapar el hueco que dejaste en mi corazón y trate de ignorar tu falta con drogas que solo me ponían más ansiosa. Trate de olvidarte con alcohol, marihuana, ácido lisérgico que me daba náuseas. Te escupí insultos en mi imaginación, te bese, te odie y te perdone, pero nunca fui capaz de olvidarte hasta el día de hoy. Actualmente, desconozco donde estás, te esfumaste en la neblina. En el cumpleaños de mi papá fui al parque Pereyra y todos los árboles despertaron en mí una chispa de nostalgia donde caí y ahora escribo esto tratando de escalar las paredes tratando de salir.

cartas 2

Hoy fui con mis papás al río.Hacía calor y nos quedamos en un restaurante que tenía un balcón al aire libre. El mar brillaba a lo lejos con la multitud jugando y hablando. junto al restaurante habia un árbol enorme cuyas ramas eran tan largas que volaban sobre nosotros formando con la ayuda del sol, dibujos semejantes a una estampa con las hojas sobre la superficie de madera. Se tambaleaban con la suave brisa salada proveniente del mar. Creo que me estoy tomando demasiado tiempo en describir el escenario que ignoro por completo que estaba muy de mal humor ese dia recordando peleas pasadas con mi mamá. De pronto pasó algo que me hizo sonreír inesperadamente. Alcé mi antipática cara para observar el mar y a mi mente vinieron casi como una película o un sueño, situaciones inexistentes entre nosotros. Caminando en la arena para después abrazarnos o quizás comiendo algo muy rico en este restaurante. Mi mirada se encontraba perdida en las estampas sobre la madera que al volver a la realidad me golpeó tu ausencia y sentí un dolor en el pecho.Pd: para peor ese dia volvi a mi casa con la cara roja del sol

Sabado 6 de enero

Quisiera relatar y preservar la salida que hice con mis amigos el sábado 6 de enero, era un día muy caluroso y la ciudad pesaba sobre mi espalda. Al principio paseamos en el museo de bellas artes opinando cada obra que observamos detenidamente. Esas horas fueron magníficas y llegué a plantearme si algún día en el futuro yo sería capaz de crear obras de semejante importancia y exprimir mi alma y cada parte de mi conciencia en un lienzo donde la radio de la creatividad gritaría incesantemente hasta dejarlo todo manchado de experiencias, emociones y pensamientos. No creo ser capaz.

Bueno, luego de esa experiencia llena de mujeres aristócratas con aspecto europeo, perros caros, vestidos exuberantes y piezas retorcidas de metal, nos dirigimos a santelmo para pasar la noche en un bar. Durante toda la noche pude notar un acercamiento muy íntimo entre mi amigo y mi amiga, como si sus bocas estaban tan en confianza que podían crear chistes personales que recordarían por siempre. Estaban muy cerca uno del otro que me sentí una molestia, me sentí como el director del colegio vigilando que los adolescentes no se besen en los recreos y esta metáfora vino a mi mente junto a pensamientos de muerte y soledad inseparables de mi espíritu. Es demasiado egoísta arruinar semejante amor que florecía como los cactus en primavera, es demasiado malvado seguir interrumpiendo su intimidad cuando podría estar en mi cuarto pensando en las veces que me falto amor en mi miserable vida. También senti rabia y culpa y más rabia por verte haber encontrado un hombre nuevo para tu próxima relación, cuando yo llevo demasiado tiempo en soledad y vos apenas meses. Soy egoísta y envidiosa, creo que debería permanecer en mi cuarto escribiendo. ¿Acaso esta negatividad es lo que me hace humana?

Le pusiste un cigarrillo en la boca y yo les deseé lo mejor, en el fondo quiero felicidad a mi alrededor.

Al volver en el auto por la ruta, las luces de la ciudad brillaban como estrellas en el manto negro de la noche. Tuve un deseo muy grande de vivir de esta forma: viajando en esta ruta por siempre, en un auto comodo y un chofer silencioso que no tenga nada que decir. Todos los dias serian de noche y las luces del paisaje me acompañarian por siempre mientras me lamento del dolor del pasado con solo la posible distraccion que me brinda mi incesable imaginacion.

Domingo 7 de enero

Hoy me siento enferma, creo que estoy engripada. Estar enferma es muy reconfortante a pesar de la fiebre y el catarro. Existe una excusa para pasármela en la cama sin dibujar o componer algo nuevo como todos los días. Además escuché un álbum que me gusto demasiado:

Album

Ya conocía a Fishmans desde mis 14 años donde escuche Long Season con lágrimas en mis ojos, pero este disco en vivo parece sacado de ensueño.

Estoy muy cansada,quizas mañana escriba algo mas extenso :P

martes 9 de enero

El medicamento para la gripe que me recetaron tiene un efecto sedante, bastante seductor a mi necesidad constante de mantenerme en las garras peligrosas de una melancolía reconfortante. La cabeza pesaba en mi almohada mientras sentía la suavidad de la cama abrazando cada parte de mí. La mejor parte es que no tuve pesadillas ni esos sueños raros premonitorios que me ponen ansiosa, más bien me sentía en las nubes. Algunas alteraciones externas perturbaban mi sueño por unos segundos, donde podía observar la pared o sentir en mi espalda el calor de la mañana de enero.

No es la primera vez que experimento esta sensación, anteriormente en un ataque de ansiedad tome el medicamento para sentirme en las nubes otra vez.

Mi melancolía es tan intensa que ya casi desaparecen esos ataques autolesivos que solía tener bastante seguido. Ahora solo quiero dormir y llenar mi estómago con té. Desearía dormir una semana entera o quizás dos, sintiendo la suavidad de la cama en mi pesado cuerpo y que mi mente deje de gritar por unas horas, nadie me visitaría al punto de que podría olvidar por completo el timbre de mi voz y el discurso predilecto que suelo repetir con desconocidos.Quisiera dormir junto a mi amigo Manuel porque su tristeza es tan parecida a la mía que podemos ser capaces de estar en la cama dos semanas con el pijama amarillo de no bañarse y el cabello grasoso.

Pensé en campos blancos, ovejas suaves, el mar por la noche junto al rugir de sus olas y la imparable tristeza que me encadena a esta somnolencia.

Manuel, te imaginé fumando en el balcón con tu pijama azul sucio luego de varias semanas sin ducharnos por dormir todo el día, lanzando las colillas de cigarrillo al piso mientras tus ojos observan las casas vecinas. Los días están llenos de somnolencia y las noches son reconfortantes para los dos. Nos abrazaríamos aunque nuestra ropa este apestando de suciedad, tan solo para seguir durmiendo. Podría sentir tu pecho y tus brazos extremadamente largos.

Te extraño mucho y creo que veo en vos la misma sed de sufrimiento que tengo yo, la necesidad masoquista y constante de nadar entre las alcantarillas de recuerdos dolorosos. Leí algo en el libro "Confesiones de una máscara" de Yukio Mishima que me recordó a este masoquismo: "Tuve la ambición de ser conductor de Hana-den sha, aquellos tranvías tan alegremente adornados con flores en los días de festejos populares, o bien revisor del metro. Ambas ocupaciones me producían una fuerte impresión de «un vivir trágico»" Sos la única persona que quiero abrazar.

Voy a recorrer cada casa de tu barrio para encontrarte y abrazarte,sentir tu pijama sucio y para hacerte saber que estoy ahí para aceptar cada defecto tuyo y que vos aceptes los míos. Te extraño mi amigo Manuel.

estoy vomitando tantas palabras que ya siento mi interior mas aliviado, capaz hoy puedo dormir sin el medicamento.

¿Podrías creerme cuando digo que estoy en una jaula?

Esperando que el amo tienda su mano

con comida

esperando que me liberes

para poder acercarme a vos

pero estás ahí sentado

Ahogándote en el mar

maldiciendo nuestro amor

una mano huesuda entró a la jaula

me acaricio las mejillas

Sonreí susurrando tu nombre

pero la mano era la muerte

me dijo que te dejara morir

Al final no te encontré por las calles, soñaba con cruzar miradas con vos y ver una clara expresión de sorpresa al presenciarme a unos metros. Alguien que amaste como odiaste a metros de distancia.

Pero no estabas ahí, te reemplazo un cigarro de marihuana, pastillas de alplax y vino barato que bailaba y se mezclaba con lo demás al movimiento frenético del colectivo.

Las sombras danzaban gracias a las luces en las ventanas y pisaban los zapatos de los pasajeros en un show teatral gris. El vino ácido tambaleaba en mi sangre como el océano, fluyendo, contaminando, comiendo mi ansiedad con sensaciones tranquilizantes.

Entonces las sombras seguían bailando y emergían de las ventanas de los edificios y los árboles creaban figuras. Mi cabeza descansaba en el asiento como quien se acuesta sobre su almohada para dormitar, pero en el interior los pensamientos danzan como sombras nostálgicas, pisando la felicidad o la tristeza, alumbrando cada pasajero. Depende mucho del colectivo donde viajes y por supuesto, el destino: quizás llegue a parar sobre un rosedal, como también adornar tu cuello con un amuleto de paja para terminar con quien eras. Todo depende de las sombras, de los pasajeros y los dibujos en el suelo.